Cómo evitar el fraude en tiendas online

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Como consumidores debemos saber que en internet existe el riesgo de fraude y otros peligros antes, durante y después del proceso de compra

El fraude en internet es muy frecuente, por lo que este artículo puede ser de gran utilidad. Para redactarlo me he puesto en la piel de alguien que va a comprar por primera vez en un ecommerce o tienda virtual. Así lo he visto con más claridad.

Veamos, en primer lugar, cuando queremos comprar algún producto, habremos hecho una búsqueda previa que nos habrá ofrecido distintos sitios dónde encontrarlo. También nos ofrecerán precios e información técnica o comercial.

Hasta aquí, los motores de búsqueda nos han estudiado y, gracias a la información de seguimiento que han obtenido del navegador, nos han facilitado posibles vendedores con sus ofertas y descuentos. Pues bien, en principio, un motor de búsqueda no garantiza fiabilidad de la buena fe del ofertante, por lo que tendremos que andar con cuidado. Así que te recomendamos que verifiques lo siguiente.

¿Quién vende?

Averigua todo lo que puedas acerca de la empresa o entidad vendedora. Te puedes encontrar con un ecommerce de empresa, un portal marketplace como Amazon, eBay y similares, comparadores de ofertas, venta a través de redes sociales y algunas otras fórmulas ingeniosas. Y, dentro de estas ofertas, encontrarás empresas que venden marcas propias, otras que practican la reventa o hacen dropshipping legalmente y, finalmente, los infatigables ciberdelincuentes.

Así, si has comprado alguna vez anteriormente a la empresa, marketplace o ecommerce que apareció en el navegador,  sabrás que ésta te orienta en el proceso de compra (embudo de ventas) y, finalmente, todo acaba bien. Pero, si es la primera vez que contactas con un ecommerce nuevo ponte siempre en alerta antes de entregar datos o pagar y haz caso a estos consejos:

Mira todos los enlaces que aparecen después de las primeras posiciones de las búsquedas, con noticias y otras informaciones sobre la empresa vendedora y de los bienes ofrecidos

Debe identificarse fácilmente la propiedad de la web (persona o empresa). No es igual una marca comercial  o nombre de la empresa que un dominio. Tampoco corresponde el dominio de la web con el nombre con el que se identifica la empresa de manera fiscal. Normalmente encontraremos una Sociedad Anónima o Limitada, una Cooperativa, una Sociedad Civil o el nombre de un trabajador autónomo, es decir, una entidad jurídica. En cualquier caso, todas las formas de empresa deben tener un número o un código de Identificación Fiscal (NIF/CIF). Recuerda, si no encuentras quién está detrás del negocio, ponte en guardia, el fraude está en marcha.

Debe tener un domicilio social. Es obligatorio que todos los negocios que se promueven online incluyan la dirección legal de la empresa, además de una dirección comercial, si no es la misma.

También es obligatorio que incluyan un correo electrónico y un teléfono de contacto.

Igualmente deberá facilitar que encuentres las condiciones de venta, devoluciones y reclamaciones de forma clara detallada como máximo en un clic.

El uso de cookies y el tratamiento de la información debe visualizarse en el primer contacto con la web de la empresa que vende. También debería darte la opción de elegir las que aceptas y la no aceptación de las mismas.

También es importante que detalle su inscripción del fichero de datos en la Agencia Española de Protección de Datos o quién se responsabiliza de guardar y de gestionar los datos recogidos.

Llegado a este punto, ya puedes empezar a confiar en un primer nivel de la empresa o entidad que ofrece productos y servicios. Superado este test, podrás preguntar, responsabilizar y reclamar ya que sabrás con quién estás tratando.

Presta atención a los precios

Nos tenemos que fijar bien en la tipología de los precios. Por ejemplo, si son anormalmente bajos podemos estar ante un reclamo habitual de una estafa online. En otros casos, vemos precios ficticios, que no guardan ninguna relación con la oferta final cuando llegas al carrito de compra del ecommerce. Es también importante prestar atención a los engaños con precios de servicios adicionales que suben artificialmente la factura final. Existe una marco legal que regula las ofertas y que sirve para reclamar y denunciar un fraude.

Utiliza siempre la navegación segura que ofrecen navegadores como, por ejemplo, Chrome, Edge o Firefox Focus. En la barra de búsqueda aparece el símbolo de un candado que muestra advertencias sobre sitios web, descargas y extensiones potencialmente peligrosos y sobre robos de contraseñas. No es inteligente comprar por sitios sin este símbolo.

Usa un método seguro de pago online y evita los depósitos a terceros por el importe de la compra, ya que seguramente no lo recuperarás si hay fraude. Tampoco des los datos de tu tarjeta de crédito en páginas que no cuenten con https. Si compras en una tienda observa si te dirige a una una pasarela de pago conocida, como Paypal, y que la web no almacena los datos de tu tarjeta bancaria para mayor seguridad. Ante la duda, elije pagar por contrareembolso. Si quieres pagar por transferencia, asegura los plazos de entrega para poder anularla si no cumplen con su compromiso.

¿Qué venden?

Si lo que se ve en las fotos o las descripciones no coinciden con el producto o servicio esperado, no compres. No te fíes solamente de la marca y los mensajes de llamada a la acción. Los productos exageradamente buenos o potentes y los servicios excesivamente cumplidores en coberturas deben ser similares a los de competidores en el mismo segmento de mercado. Busca y compara antes de tomar decisiones.

¿De dónde vienen los productos?

El origen es importante en el comercio ya que determina factores que influyen en el precio y en la fabricación. Éstos aparecerán en los gastos de envío o al abrir un paquete que llega con una cosa distinta de la adquirida. También puedes encontrarte con dificultades legales de ámbito internacional en las que te resultará difícil o costoso reclamar. A los ciberdelincuentes les encanta operar desde países sin convenios internacionales que eviten el fraude y que garanticen un comercio legal. Busca sellos de calidad como CE en los productos y evitarás sorpresas desagradables.

Más elementos que hacen sospechar

Revisa el diseño de la web, ya que las tiendas online fraudulentas suelen tener una apariencia poco cuidada. En el caso de las webs que suplantan a otras de empresas vendedoras legales, las que estafan no cuentan con todas las secciones que suelen aparecer en las auténticas. Una pista más, la dirección del correo de contacto puede no coincidir con la del dominio de la tienda online o, simplemente, la dirección y el teléfono de soporte técnico no existen o no funcionan correctamente.

Correos, SMS o llamadas telefónicas

Si te piden datos en una web ten por seguro que recibirás ofertas promocionales y de cualquier tipo. El marketing de la empresas vendedoras contempla estas opciones y son legales siempre que des tu consentimiento. Si rellenas un formulario y no te dan la opción a no recibir información distinta a la factura de compra, podrías tener un problema de spam en tu correo electrónico, un montón de llamadas a media noche o mensajes sms con cargo a tu cuenta telefónica u otro tipo de fraude.  Si recibes ofertas por teléfono, correo ordinario  o electrónico con  informaciones que te pidan datos, no confíes ni des ninguno.

Las opiniones importan

Cualquier ecommerce o web  fraudulenta suele acumular un buen número de reseñas negativas. En los marketplaces permiten hacer comentarios y valoraciones, estúdialas. Consulta también las redes sociales y foros, ya que son un medio muy útil para la comunicación  coordinación de personas afectadas este tipo de fraudes y ofertas maliciosas.

Espero que te haya sido útil esta información….

Fotografía: Pixabay / romeossesions